Caza legal y caza furtiva
La caza de los animales es legal cuando se mata de forma controlada y respetando los límites que marca la ley de cada país; es ilegal (furtiva) cuando se practica de forma diferente a la que marca la ley, sea cual sea la diferencia. Aún respetando los límites marcados por la ley, hay ciertos daños colaterales que pueden ir unidos a la caza legal, como ejemplares heridos que no han podido ser cobrados y agonizan durante horas o días hasta su muerte, o galgos ahorcados por un mal día o una mala temporada de caza.
La caza únicamente debería ser practicada en un marco de absoluta legalidad; aún así puede conllevar unos daños colaterales difíciles de controlar y prevenir. Además, hay países que son muy laxos en los límites que marcan sus leyes para la caza.